Evangelio del 2° Domingo del tiempo ordinario.Ciclo B
" Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A Él me refería cuando dije: después de mí, viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.
Juan1, 35-42
Aunque Juan era familia de Jesús y suponemos que lo conocía, hoy manifiesta su reconociemiento como Dios. Anunció a alguien que lo precedía. Anunció al Cordero que llegaba para salvarnos, a un Dios cercano al hombre, en todas sus vivencias, menos en el pecado.
Qué alegría saber que estamos salvos! Lo que no quiere decir que podemos hacer cualquier cosa porque Dios nos perdonó. Debemos abrir el corazón para apropiarnos de esa salvación, y asemejarnos a Jesús en cada acto de nuestra vida. Fácil no es, pero imposible tampoco.
Virgen María Madre del Cordero guíanos y acrecienta nuestra fe.!
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