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domingo, 8 de abril de 2012

Domingo de Pascua




HAN ENCONTRADO LA AUSENCIA
Y deja vacío el sepulcro.
Las mujeres y los apóstoles no Han encontrado nada. Nada más que una ausencia.
Un poco como el primer soldado babilonio que, conquistada la ciudad en 586, entró en el Sancta Sanctorum y se asombró de no encontrar nada. Sin caer en la cuenta, obviamente, que el Dios-presente es precisamente un Dios ausente respecto a la experiencia sensible.
Esa " nada" del seplulcro te pone frente a una alternariva. O han robado el cadaver o Cristo ha resucitado. O sea: la más mezquina y colosal impostura, o la salvación total.
El día de pascua, si crees, no puede dejarte en la indecisión. Pascua es la certeza.
O el sí de la fe o el sí de la incredulidad. No existe una postura intermedia, que avale nuestras coartadas: veremos. No existen ni quizás, ni pero, ni puede ser, ni quien sabe...Normalmente todo termina en el cementerio.
Aquí todo empieza en un cementerio, en una tumba vacía.
Es el riesgo de la fe. Parafraseando a Pascal se puede afirmar que, con el sepulcro vacío, se nos da suficiente para saber que nuestra fe no se funda en una alucinación, pero no se nos ha dado suficiente para que podamos sustituir nuestra fe con una demostración.
De todas maneras esa tumba tiene que quedar vacía, no metamos dentro por eso, los viejos cadáveres del odio, de los resentimientos , de la palabrería, de las estupideces, de las cuestiones fútiles, de las polémicas malas. Y mucho menos, las momias del egoísmo, de los formalismos, de la avidez, de las hipocrecías.
Deja atrás el cansancio, la desconfianza y la desesperación y ponte a correr por el camino de la esperanza y de la humanidad.
Llevate encima solo el peso del porvenir.
En Pascua, Cristo resucitado no nos restituye una reliquia del pasado(¡la tumba está vacía!), sino que se hace presente el futuro.
Cae en la cuenta que el desbarajuste de aquel día se debió a que ni las mujeres, ni los apóstoles han encontrado ya el pasado...
ALESSANDRO PRONZATO
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

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