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domingo, 9 de agosto de 2009

La mujer no tiene necesidad de promoción


Hoy, al paso que la polémica acerca de la identidad de la mujer, se hace cada día más encendida, y desde distintas partes se mueven acusaciones concretas a la tradición cristiana, como responsable del antifeminismo de la historia( una acusación, debemos reconocerlo, no siempre infundada), alguien hizo una pregunta provocativa: ¿ Era Jesús feminista o antifeminista?
En los Evangelios aparece bien claro, que Jesús no trata nunca a las mujeres como seres inferiores.
Veamos como vivía la mujer en Palestina en tiempos de Jesús.
Las mujeres no tenían derecho a estudiar la Torah( o sea la Sagrada Escritura).
En el nacimiento de un niño, todos estaban felices, pero en el nacimiento de una niña todos se entristecían.
El judío, cuando rezaba, agradecía a Dios tres beneficios: no ser pagano, no ser ignorante y no ser mujer.
En el mundo israelita, la mujer vivía siempre bajo la tutela de un hombre: el padre, el marido, y si quedaba viuda, bajo la tutela del hermano del marido.
Cristo no duda en explicar su mensaje, también a las mujeres, cuando en aquel entonces era considerado, obsceno explicar la religión a las mujeres.
En su caminar Jesús era seguido por hombres y algunas mujeres, dice el Evangelio.
Jesús no confinaba a la mujer, según la costumbre, a la cocina y cuidar la familia.
En una visita a Marta y María(Lc 10), una hace las labores del hogar afanosamente y otra se sienta a sus pies a escuchar al Señor; ante la queja de la "trabajadora", Jesús le dice:" Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte que no le será quitada". El Maestro reconoce en María a una persona cuya facultad más elevada es la inteligencia, el espíritu.
Si tenemos en cuenta la mentalidad machista de la época,no podemos dejar de reconocer la actitud de Jesús como revolucionaria.Revolución de amor.Es por todo ésto falso que el cristianismo atenta contra la promoción de la mujer.
La Iglesia necesita de la mujer, para salir al mundo a transmitir el mensaje de Jesús. No es tarea que puede estar en manos de hombres exclusivamente.
Algunos hablan de la promoción de la mujer. La mujer no necesita promoción. Se promueve sola, porque es persona humana.
Cristo tiene un objetivo bien marcado: restaurar la persona humana dañada por el pecado.
La mujer no necesita promoción.
Lo que hay que promocionar es su mentalidad, que sepa perder la costra de los prejuicios y la ignorancia, que desempeñando cualquier función transmita su sensibilidad y delicadeza.
Una mentalidad que sepa empaparse del Evangelio y sea instrumento de paz en su familia y el mundo.

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