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miércoles, 9 de noviembre de 2011

La vida de un indefenso


La Madre Teresa de Calcuta estaba convencida de que el aborto era un acto de violencia inaudita contra un inocente, peor que un crimen de guerra. Así lo expresaba:"El aborto mata la paz del mundo.Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo,
¿qué me impide matarte?¿Qué te impide matarme? Ya no queda ningún impedimento". Ante las violaciones decía:
"Les pido que no destruyan el niño, ayúdense mutuamente a querer y a aceptar a ese niño que aún no ha nacido.No lo maten porque un horror no se borra con un crimen.Por favor no maten a los niños, yo los quiero. Con mucho gusto acepto todos los niños que morirían a causa del aborto".
En nuestro país se viene insistiendo con la despenalización del aborto con una metodología calcada de la que se usó en Estado Unidos. El Dr.Bernard Nathason fue uno de los promotores de la ley del aborto en ese país. Después de practicar él mismo 75000 abortos y el de su hijo, y de hacer luego estudios de ultrasonido en fetos dentro del vientre materno, reconoció su error y se volvió defensor de la vida.
Generalmente para conseguir que en un país se sancione la ley que permite el crimen del aborto es preciso cambiar la mentalidad de la gente influyendo en la opinión pública. Nathanson, explica haber utilizado, primero, la manipulación de encuestas y números que se publicaron en EEUU. influenciando a la sociedad sobre el apoyo a la ley de aborto.Una mentira reiterada hace la verdad. Segundo jugar la carta del "anticatolicismo", desacreditando sistemáticamente a la Iglesia Católica, con sus ideas "retrógradas" y silenciando a grupos cristianos no católicos y aún ateos.
La tercera táctica fue" denigrar o ignorar cualquier evidencia científica de que la vida comienza en la concepción".
Cualquier coincidencia con lo que pasa en la Argentina es pura fantasía.
Por último es necesario destacar que el tema del derecho a la vida es un tema de derechos humanos. También un tema médico-científico. Resulta contradictorio que quienes más deberían velar por la vida resulten la mayor amenaza: la madre y el médico.Es importante no ignorar el dolor que acompaña a una mujer que ha abortado.Monseñor Torrado Mosconi decía en el Congreso del Noroeste: "Por eso queremos dirigir nuestra palabra de consuelo a las mujeres que han vivido la terrible tragedia del aborto. Sabemos de su silencioso dolor, su tremenda soledad y su profumda angustia. Imploramos al Señor de la vida que les conceda la paz a su corazón arrepentido de mujer y de madre. Las alentamos a ser hoy fuertes y valientes defensoras de la vida, confiando en la infinita Misericordia de Dios, que tiene el poder de vencer el pecado y la muerte, de sanar las viejas heridas y devolverlas a la alegría de la vida".
Es nuestro deber como Iglesia seguir buscando formas de contención y acompañamiento de las madres en riesgo. Los abortistas tienen suerte de que sus madres no hayan pensado igual sobre su destino.De haber sido así, sencillamente no estarían acá.
Es preciso no usar artimañas ni eufemismos en un tema por demás grave: el aborto es lisa y llanamente el asesinato de un indefenso y no el derecho de la mujer de disponer de su propio cuerpo.
extracto el diario LA NACIÓN
Guillermo Marcó-Sacerdote
Director del área de Pastoral Universitaria
del Arzobispado de Bs.As.